sábado, 21 de mayo de 2011

Pescadores africanos denuncian el saqueo europeo de sus recursos pesqueros

Pescadores de Mauritania y Senegal han denunciado en la campaña de Greenpeace 'Voces por África' el saqueo de sus recursos pesqueros por parte de los países europeos y las consecuencias de la sobrepesca, según informa la organización ecologista.

Así, el pescador artesanal Ahmedou Ould Beyih ha vaticinado que "si se sigue así, en África no habrá más pesca en diez o quince años", al tiempo que se pregunta "qué van a comer después" de que esto suceda. Además, Ould Beyih ha explicado que en los últimos años "sus capturas han disminuido por la cantidad de pesca capturada y por las técnicas que, como el arrastre, destruyen los hábitats y fondos marinos".



Los países europeos y en general las grandes potencias mundiales, se aprovechan de los países subdesarrollados para obtener los recursos que a ellos se les agotan o que están en proceso de que así suceda.
En vez de ayudar a estos países a avanzar y a desarrollarse, lo único que hacen es aprovecharse de ellos y obtener, dándoles a cambio muy poco, lo que ellos necesitan.
Esta postura me parece un poco egoísta por parte de los que más tienen, pues creo que no les interesa que estos países con grandes recursos energéticos o pesqueros, por ejemplo, se desarrollen al mismo nivel, pues entonces serían la competencia. 
Pero así, lo único que consiguen, es que al igual que han acabado con los recursos de sus propios estados, acaben con los de otros, reduciendo las posibilidades de estos a desarrollarse.
Considero que la mejor opción sería, que ellos nos diesen parte de sus recursos, siempre y cuando nosotros les ayudásemos a utilizarlos como es debido. Todos salimos ganando, las grandes potencias tienen lo que necesitan y los demás empiezan un desarrollo sostenible.

martes, 3 de mayo de 2011

Cambiar el mundo


"Cuando era joven y mi imaginación no tenía límites, soñaba con cambiar el mundo. Según fui haciéndome mayor, pensé que no había modo de cambiar el mundo, así que me propuse un objetivo más modesto e intenté cambiar solo mi país. Pero con el tiempo me pareció también imposible. Cuando llegué a la vejez, me conformé con intentar cambiar a mi familia, a los más cercanos a mí. Pero tampoco conseguí casi nada. Ahora, en mi lecho de muerte, de repente he comprendido una cosa: Si hubiera empezado por intentar cambiarme a mí mismo, tal vez mi familia habría seguido mi ejemplo y habría cambiado, y con su inspiración y aliento quizá habría sido capaz de cambiar mi país y -quien sabe- tal vez incluso hubiera podido cambiar el mundo"

Texto recogido de la lápida de un obispo anglicano en la Abadía de Westminster